Las bebidas energéticas se crearon hace más de 25 años. Están disponibles en más de 165 países diferentes, incluyendo todos los países de la Unión Europea, ya que las autoridades sanitarias de todo el mundo han llegado a la conclusión de que los ingredientes de las bebidas energéticas son seguros para el consumo.
Los ingredientes típicos de las bebidas energéticas son cafeína, taurina y vitaminas. Las bebidas energéticas contienen aproximadamente la misma cantidad de cafeína que una taza de café de filtro casero. En 2009, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) publicó su informe científico sobre ingredientes de bebidas energéticas y llegó a la conclusión de que son seguros. Más recientemente, el 27 de mayo de 2015, la EFSA estableció adicionalmente los mismos niveles seguros de consumo de cafeína procedente de cualquier fuente de la dieta, incluyendo las bebidas energéticas (opinión científica sobre la seguridad de la cafeína).
Las bebidas energéticas se consideran alimentos normales y se comercializan como tales.
Las bebidas energéticas son bebidas no alcohólicas. A pesar de su propósito, principalmente funcional, algunos consumidores mezclan las bebidas energéticas con bebidas alcohólicas. Esto ha ocurrido durante décadas, si no siglos, en que las bebidas alcohólicas se han mezclado con cola, refrescos, tónica, soda, ginger ale y todo tipo de zumos de fruta.
No existe evidencia científica por la cual no se debería mezclar bebidas energéticas con alcohol, siempre que el consumidor sea consciente de que un consumo de alcohol excesivo e irresponsable tiene consecuencias no deseables en el cuerpo humano y el comportamiento y de que esto viene causado por el alcohol, no por la bebida sin alcohol utilizada para mezclar, ya sea cola, zumo de naranja, tónica o una bebida energética.
No hay nada que indique que las bebidas energéticas causen algún efecto especial (negativo o positivo) relacionado con el consumo de alcohol. Esto ha sido confirmado por el Comité británico de toxicidad (Committee on Toxicity) del Gobierno británico (2012), que llegó a la conclusión de que “las pruebas disponibles actualmente no apuntan a una interacción nociva toxicológica, o relacionada con el comportamiento, entre la cafeína y el alcohol”. Más recientemente, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, 2015) también llegó a la conclusión de que, basándose en evidencias científicas disponibles, no existe una interacción nociva entre alcohol y cafeína procedente de cualquier fuente de la dieta, incluyendo las bebidas energéticas.
Para asumir un papel preventivo y responsable en el debate sobre las bebidas energéticas y el alcohol, los miembros de la EDE se comprometen en su código de buenas prácticas a cumplir las siguientes normas en relación con la venta y comercialización de bebidas energéticas:
- Las etiquetas de las bebidas energéticas no promocionan la mezcla con alcohol.
- Los miembros de EDE no sostienen que el consumo de alcohol en combinación con bebidas energéticas haga disminuir los efectos del alcohol.
- Los miembros de EDE no venden bebidas que sean una mezcla de bebidas energéticas y alcohol. La denominación de las bebidas que contienen mezclas con alcohol como “Energy Drink” conduce a error
Las bebidas energéticas son alimentos y son seguros para el consumo humano. Algunos consumidores pueden reaccionar con sensibilidad a los ingredientes de las bebidas energéticas como el café, el azúcar o diferentes vitaminas por predisposición congénita. Algunos consumidores son sensibles a la cafeína y tienden a dolores de cabeza, mareos, insomnio o agitación. Los ingredientes de las bebidas energéticas, así como el contenido de cafeína, se indican en las latas de las bebidas, de modo que los consumidores están suficientemente informados como para decidir lo que les conviene.
No. Las bebidas energéticas no son adictivas ni contienen ninguna sustancia que cree dependencia. Los ingredientes de las bebidas energéticas también se encuentran en otros alimentos. Algunos de sus ingredientes incluso están presentes en el cuerpo humano de forma natural. Es lo que ocurre por ejemplo con la taurina, presente en el marisco y en el cuerpo humano. Existe unanimidad sobre el hecho de que la cafeína, que está presente asimismo de forma natural en diversos alimentos como café, té o chocolate, no crea dependencia. Las bebidas energéticas contienen aproximadamente la misma cantidad de cafeína que una taza de café de filtro casero..
Las bebidas energéticas habituales contienen 32 mg de cafeína por 100 ml. Las bebidas energéticas contienen aproximadamente la misma cantidad de cafeína que una taza de café de filtro casero.
En general, el consumo de bebidas energéticas debe adaptarse al consumo de cafeína de una persona. Muchos expertos de todo el mundo han analizado los efectos de la cafeína. Los científicos de Health Canada realizaron una exhaustiva investigación de la bibliografía científica sobre la cafeína (Nawrot et al., 2003). En su informe llegaron a la conclusión de que la población general de adultos sanos no está expuesta a ningún riesgo para la salud a causa de la cafeína si el consumo diario se limita a 400 mg. Más recientemente, esto ha sido confirmado por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, 2015).
No obstante, la EFSA recomienda que las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia limiten su consumo diario de cafeína a 300 mg.
Las normas sobre el etiquetado de bebidas que contienen cafeína están unificadas en la UE (reglamento UE 1169/2011 sobre la información alimentaria al consumidor). En las bebidas con un contenido de cafeína superior a 150 mg/l se debe indicar dicho contenido y añadir una indicación (“Contenido elevado de cafeína. No recomendado para niños, mujeres embarazadas o en periodo de lactancia”), especificando además el contenido de cafeína expresado en mg por 100 ml en la etiqueta.
Una dosis o un consumo excesivo de un alimento o bebida dañan la salud. Incluso el agua, si se bebe en cantidades excesivas, resulta perjudicial. Los nutricionistas están de acuerdo en que es importante consumir alimentos y bebidas de fuentes muy diversas en una proporción adecuada. Esto también es válido para las bebidas energéticas, que pueden formar parte de una dieta equilibrada y variada y de un estilo de vida sano. Por ello se recomienda consumir las bebidas energéticas de forma moderada.
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