Las bebidas energéticas contiene más cafeína que el café
La mayoría de bebidas energéticas contiene aproximadamente la misma cafeína que una taza de café. El café es consumido diariamente por millones de personas de todo el mundo desde hace siglos.
Las bebidas energéticas no están sujetas a disposiciones legales
Las bebidas energéticas, sus ingredientes y etiquetado, envasado y publicidad están ampliamente regulados dentro a lo largo y a lo ancho de América Latina y todos sus marcos regulatorios generalmente establecen condiciones de composición (ej. límites máximos de cafeína) y rotulado (ej. información sobre cuanta cafeína contienen).
Los consumidores no pueden saber cuánta cafeína hay en una bebida energéticaHay varias formas de informarse sobre el contenido exacto de cafeína de una bebida energética. La indicación del contenido total de cafeína de todas las fuentes en la etiqueta de una bebida energética está prescrita por ley en todos los marcos regulatorios de la región. Además, esta información también se puede consultar en las páginas de Internet de las empresas y/o en las páginas web de los productos, así como en las líneas de atención telefónica para consumidores de las empresas. A diferencia de una taza de café o té, en el caso de las bebidas energéticas, los consumidores pueden saber exactamente cuanto consumen de cafeína y manejar su ingesta diaria acorde a sus necesidades.
Las bebidas energéticas contienen altas cantidades de azúcar
Una bebida energética (250ml) contiene la misma cantidad de azúcar que un zumo de manzana, de naranja o un refresco convencional. Como sucede con cualquier alimento o bebida, las bebidas energéticas se deben consumir con moderación y en el marco de una dieta equilibrada, variada y de un estilo de vida saludable. Para los que deseen tener los beneficios de una bebida energética sin azúcar, éstas se encuentran en varias fórmulas libres de azúcar para que los consumidores puedan elegir la que más les convenga.
La cafeína es el ingrediente más característico en las bebidas energéticas. Su efecto estimulante fue reconocido desde hace siglos. En 2011, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) evaluó positivamente alegaciones de salud con respecto a la mejora de la concentración y al aumento del estado de alerta. El Panel de EFSA consideró que, para poder hacer estas alegaciones, el producto debe contener al menos 75 mg de cafeína por porción.
Los miembros de BEAL reconocen que deben ejercer un papel importante, respaldado con hechos concretos, tales como la promoción, el consumo moderado y la introducción de tamaños más pequeños. Teniendo en cuenta la funcionalidad de las bebidas energéticas, los miembros de BEAL se comprometen a hacer énfasis en sus envases con contenido neto de 300ml como su principal formato para consumo individual.
La taurina es un estimulante
La taurina no es ningún estimulante. La taurina es un aminoácido que está presente de forma natural en el cuerpo humano. Su presencia también está muy extendida en alimentos como el pescado, los moluscos y las aves. Puesto que la taurina es un componente natural de la leche materna, también se utiliza como ingrediente en la alimentación infantil.
Contrariamente a lo que dice la prensa para el público en general y a las creencias populares, la taurina no es un estimulante y no tiene efectos estimulantes en el sistema nervioso central. En 2015, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria ha confirmado que los posibles efectos estimulantes de la taurina en el sistema nervioso central son improbables.
La taurina presente de forma natural es más segura que la taurina sintética
El mito de que los ingredientes fabricados sintéticamente que se encuentran en la mayoría de las bebidas energéticas son peligrosos o nocivos para la salud es falso. Los ingredientes fabricados sintéticamente garantizan un nivel de calidad elevado y uniforme. Los ingredientes fabricados cumplen la normativa legal sobre alimentos y tienen exactamente las mismas funciones que sus equivalentes naturales.
Las bebidas energéticas son una nueva categoría de productos sobre la que nadie sabe nada
Las bebidas energéticas se consumen sin riesgos desde hace más de 25 años en todo el mundo y representan únicamente el 1% del mercado de bebidas no alcohólicas global. Los consumidores son informados ampliamente por los fabricantes de bebidas energéticas a través de las etiquetas de los productos, folletos informativos, las propias empresas, así como, las páginas web de los productos
El público objetivo de las bebidas energéticas son los niños
Los niños ya tienen suficiente energía por sí mismos. Las bebidas energéticas no han sido creadas para niños. Los miembros de BEAL se han comprometido voluntariamente a no realizar publicidad dirigida a los niños. Además, conforme a varios marcos regulatorios en América Latina y alrededor del mundo, la frase: “No recomendado para niños, mujeres embarazadas o en periodo de lactancia” es de uso común en todas las etiquetas de bebidas energéticas.
Las bebidas energéticas no pueden mezclarse con alcohol porque resulta peligroso
Las bebidas energéticas son bebidas no alcohólicas. A pesar de su propósito, principalmente funcional, algunos consumidores mezclan las bebidas energéticas no alcohólicas con bebidas alcohólicas. Esto ha ocurrido durante décadas, en que las bebidas alcohólicas se han mezclado con cola, tónica, soda, agua, ginger ale y todo tipo de zumos de fruta. No existe un argumento científico para no mezclar bebidas energéticas con alcohol, siempre que se sea consciente de que un consumo de alcohol excesivo e irresponsable tiene consecuencias no deseables en el cuerpo humano y el comportamiento y de que estas consecuencias vienen causadas por el alcohol, no por la bebida sin alcohol utilizada para mezclar, ya sea cola, jugo de naranja, tónica o una bebida energética. No hay nada que indique que las bebidas energéticas causen ningún efecto especial (negativo o positivo) relacionado con el consumo de alcohol. Esto ha sido confirmado por el Comité de toxicidad (Committee on Toxicity) del Gobierno británico (2012), que llegó a la conclusión de que “las pruebas disponibles actualmente no apuntan a una interacción nociva toxicológica, o relacionada con el comportamiento, entre la cafeína y el alcohol”. Más recientemente, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, 2015) también llegó a la conclusión de que, basándose en evidencias científicas disponibles, no existe una interacción nociva entre alcohol y cafeína procedente de cualquier fuente de la dieta, incluyendo las bebidas energéticas.
Los miembros de BEAL se han comprometido a través de su código de buenas prácticas a tener en consideración determinados principios en relación al consumo con alcohol, tales como no vender bebidas con alcohol pre mezcladas con bebidas energéticas o de promover el consumo de alcohol en las etiquetas de bebidas energéticas. Para mayor información, ver nuestro código de buenas prácticas.